martes, 18 de mayo de 2010

Nuevas obras de Victoria Frances y Luis Royo


Victoria Frances: Misty Circus 2. La noche de las brujas.


El segundo volumen de la sextalogía de Misty Circus ha salido a la luz, y como casi siempre ocurre con las obras cuidadas hasta el último detalle, se ha hecho esperar. Los lectores están sin duda ante la producción máscuidada hasta la fecha de Victoria Francés, tanto en el fondo como en la forma. La autora ha profundizado en esta segunda entrega de las aventuras de Sasha Poupon y su fiel acompañante Josh le Chat en los perdidos orígenes de las tradiciones paganas, la noche de Samhain, palabra que significa literalmente “El final del verano” y con la que se honraba en la cultura celta la llegada de la oscuridad a la naturaleza, siendo una alegoría de la proximidad del mundo de los muertos con el de los vivos, la noche de las brujas por antonomasia, de la que toma título este segundo episodio. Es en la época oscura y medieval, motivo eternamente romántico el del retorno, en un perdido y otoñal bosque rodeado de aquelarres donde Victoria Francés encuadra el argumento de esta continuación, y retoma el leitmotiv de la comprensión con aquellos que se encuentran aislados y al margen, lo que hace, a mi juicio, tomar una responsabilidad como autora muy arriesgada y provocativa para los tiempos que corren, en los que todo vale, dar ejemplo con sus historias de que el mundo puede ser de otra manera si así lo queremos. En la poética clásica horaciana se llamaba a esto docere et delectare (enseñar y deleitar), y creo que la poética, la manera de hacer, de Victoria Francés se dirige bajo estos preceptos de una forma consciente, apostando por la comprensión de aquellos que parecen no tener lugar en el mundo, por la belleza de lo extraño y por la ausencia de culpa que hay en todo niño y en todo hombre por sus defectos físicos. El estilo de las ilustraciones es continuista, en el buen sentido de la palabra, y permite dar a la obra un sentido de conjunto no poco difícil de conseguir, pues se puede afirmar que la autora ha encontrado una forma propia en la que decirse, una voz a través de sus trazos y la profundización en los detalles, ninguna de las páginas o de los dibujos parece desencajar en el total de la obra, es más, se ha incidido en remarcar cada encuadre, cada marco, cada detalle, dejando al lector la sensación de que se está ante un mundo verosímil para su imaginación. Las palabras están empezando a tomar también un papel y un peso relevante dentro de la obra, se tiene la sensación de estar más ante un cuento ilustrado, que ante una narración a través de las imágenes. Quizás sea propiciado por la sensación de seguridad a la hora de ilustrar, en mi opinión creo que la autora es ya consciente de su propia técnica de dibujo y quiere profundizar en dar un sentido verdaderamente narrativo a sus ilustraciones, si bien adolece todavía de recargar en exceso su lenguaje con palabras en desuso o demasiado enrevesadas, es un intento loable de evolución en su obra, que llevamos advirtiendo desde “El Corazón de Arlene”. La incursión del personaje de Chloë Pumpkin en la obra, da lugar a uno de los momentos más memorables de toda la producción de Victoria Francés, en cuanto a sensibilidad y clímax narrativo. Reservo a los lectores el placer de desvelarlo por sí mismos en un monólogo que dirige la joven a Sasha. Chloë, nombre que en su origen significa hierba verde y se utiliza desde la retórica clásica para designar a caracteres femeninos jóvenes y en relación con la naturaleza, y Pumpkin, calabaza, detalle que la entronca con la noche de Samhain, es una muchacha ciega que abandonaron sus padres y creció bajo la protección y la instrucción de las brujas, y quizás sea el Doppelgänger necesario junto a Sasha en la trama, la parte femenina, toda intuición y premonición, el defecto hecho virtud. Pues aunque es ciega, es capaz de prever el futuro con su bola de cristal y lleva toda la vida esperando a que la encuentre un amigo. Como detalle puede anotarse que es un halo de color verde lo que identifica a Chloë durante el libro, por lo que puede comprobarse una vez más que la autora elige cada nombre con que bautiza a sus personajes de una forma voluntaria, lo que se llama en filología “nombres parlantes”, y lo cual es un detalle del mimo y la reflexión con los que la artista se plantea su obra a la hora de llevarla a cabo. De esta continuación de Misty Circus me quedo con dos momentos que creo que no podré sacar de mi imaginario durante algún tiempo, una es la impresionante lámina de las cuatro brujas volando con una enorme luna de fondo y ese extraño gris-marrón de nube tan característico del libro, y el otro es el momento en el que Chloë necesita despedirse con agradecimiento del lugar que significó su único aunque doloroso refugio, al aceptar la amistad de Sasha y emprender un nuevo camino y dice: “La luz de las estrellas será mi último recuerdo de este lugar”. Yo me pregunto cómo debe de ser la luz de las estrellas en el interior de una niña ciega en la noche de Samhein. Eso es lo más increíble de la obra de Victoria Francés, la búsqueda de luz en la oscuridad más profunda. El recuerdo de la luz de las estrellas en alguien que no puede ver, la magia de empujar a quien lea sus obras a ser más compasivo con los defectos de los demás, a creer que todavía hay gente que podamos ser amigos de todos los Sasha, las Chloë que siempre nos esperan y los asustadizos Josh le Chat o del pequeño murciélago sin nombre conocido todavía, que cuelga asustado de una rama en la última lámina… La autora nos insta a asomarnos de manera simbólica con Misty Circus a todo ese mundo al margen en el que tienen cabida los defectos, lo diferente, lo apartado y denostado, lo sufrido, lo solitario, entregándole el papel central en su obra, el protagonismo. El derecho que todo el mundo tiene a la búsqueda de consuelo y comprensión, ya no se trata únicamente de impresionar con las imágenes o de demostrar una capacidad técnica para el dibujo -eso queda fuera de toda duda en Victoria Francés- no, se trata de hallar una respuesta a todo ese sufrimiento interior del que se queda solo, se trata de romper el silencio de muchos años soportando insultos, se trata de encontrar un refugio a través de la creación de un mundo propio, y qué mejor símbolo que un circo, donde todo lo extraño, lo mágico y lo imposible tiene su lugar.

Luis Royo: Dead Moon



Dead Moon es una de esas exquisiteces visuales a los que nos tiene ya muy mal acostumbrados Luis Royo, ahora además aderezado con una bella historia de amor y odio de esas que se convierten en leyenda con el paso del tiempo, en este caso, ambientada en esa tierra tan rica en historias, mitos y tradiciones como es la del País del Dragón. Es la historia de dos opuestos, dos seres nacidos para odiarse pero destinados a encontrarse, donde las fuerzas de nuestra naturaleza interior son tan poderosas y terribles, a la vez que sugestivas e hipnotizadoras, que provocan que lo que es caos pueda convertirse en sosiego, y lo que el hombre es capaz de destruir con la locura de sus actos, da lugar a que una irresistible fuerza una a dos fuerzas contrapuestas, dos seres semidivinos, ajenos casi a todo contacto terrenal, para que su amor perdure en la noche de los tiempos y sus nombres sean recordados como signo de destrucción al mismo tiempo que de deseo. Nos situamos en la ciudad de Luoyang, una populosa ciudad portuaria que forma una perfecta bahía (y que muy bien podemos situar en el magnífico plano del emplazamiento que podéis ver más arriba, necesario hoy en día, como no, en cualquier relato de fantasía que se precie), franqueada por dos fortalezas en cada uno de sus cabos, al extremo este la fortaleza circular de los You, lugar de adivinos, sabios y brujos, cuya cabeza visible es la bella princesa Luna y, como contrapuesto, al extremo oeste, la fortaleza Chan, lugar de terribles y sanguinarios guerreros, cuyo señor es el príncipe Tai Yi, al que llamaban Marte. Es la historia de estas dos familias, enemigas ancestrales, y de estos dos seres, considerados “seres divinos” por sus súbditos y vasallos, el yin y el yang, el sol y la luna, y la vorágine desenfrenada y de funestas consecuencias que propician con una orgía tremenda de odio y sangre que baña y tiñe de rojo la populosa ciudad de Luoyang. Clásica historia de amor y odio entre dos familias poderosas, entre dos clanes, ambientada en una sociedad feudal del extremo oriente como era la de los grandes dinastías de Emperadores en la antigua China, donde en una misma e importante ciudad dominaban dos familias que se disputaban el poder y que resultaría vencedora la que fuera capaz de eliminar todo el linaje de la otra. Sociedad guerrera por antonomasia la del Imperio Chino en constante expansión de su territorio (representado por el clan Chan y su visión de la vida como guerreros y señores protectores de su pueblo), coincidiendo (como parece indicar el poema introductorio del periodo de la Dinastía Tang (618-907 d.C.), una dinastía caracterizada por su esplendor cultural) con el clan You, familia que le da gran importancia a las ciencias ocultas y a la astrología, de una corte más refinada y culta, que dan pie en este relato a la dualidad existente en los dos personajes protagonistas así como su diferente visión de la existencia en este mundo lo cual provoca que estén en continua confrontación como contrarios que se rehuyen al mismo tiempo que se atraen como dos polos opuestos harían en el momento preciso. Clásica historia de amor y odio entre dos familias poderosas, entre dos clanes, ambientada en una sociedad feudal del extremo oriente como era la de los grandes dinastías de Emperadores en la antigua China, donde en una misma e importante ciudad dominaban dos familias que se disputaban el poder y que resultaría vencedora la que fuera capaz de eliminar todo el linaje de la otra. Sociedad guerrera por antonomasia la del Imperio Chino en constante expansión de su territorio (representado por el clan Chan y su visión de la vida como guerreros y señores protectores de su pueblo), coincidiendo (como parece indicar el poema introductorio del periodo de la Dinastía Tang (618-907 d.C.), una dinastía caracterizada por su esplendor cultural) con el clan You, familia que le da gran importancia a las ciencias ocultas y a la astrología, de una corte más refinada y culta, que dan pie en este relato a la dualidad existente en los dos personajes protagonistas así como su diferente visión de la existencia en este mundo lo cual provoca que estén en continua confrontación como contrarios que se rehuyen al mismo tiempo que se atraen como dos polos opuestos harían en el momento preciso.

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